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jueves, 1 de mayo de 2014

Pòlitica Cultural, una mirada al cambio

La política cultural es uno de esos términos cuya definición no se encuentra consensuada por los entendidos, sino que el significado dependerá de la disciplina que lo esté usando. Por ello en nuestra disciplina, la educación no formal podemos usar esta definición: “conjunto estructurado de acciones y prácticas sociales conscientes y deliberadas, de los organismos públicos (o de otras entidades), en la cultura, entendida básicamente y de manera restringida como sector de actividades culturales y artísticas, pero también de manera indirecta y extensa como universo simbólico compartido por la comunidad”.
Las finalidades de las políticas culturales se pueden clasificar en:
  •   Culturales (facilitar el acceso).
  •  Sociales (elemento de integración/participación).
  •  Educativas (facilitar el acceso a diferentes códigos estéticos, desarrollo personal).
  •  Ambientales (cambiar el entorno).
  • Económicas (impuestos, valor de la producción de servicios culturale
  • Refuerzo o reconstrucción de la identidad colectiva.
  • Políticas.

Por supuesto estas finalidades se deben abarcar desde diferentes ambitos como son:
  •       El patrimonio (inmobiliario, fondos de producción culturales y patrimonio inmaterial).
  •       Las artes.
  •       La comunicación.

Un punto importante sobre las políticas culturales es el de su gestión y quien se beneficia de estas políticas culturales, desde luego es un tema amplio denominado democratización cultural/democracia cultural y por esa razón lo trabajamos por separado en otra entrada.

A continuación os dejamos un enlace sobre un video interesantísimo sobre las políticas culturales en América Latina:


martes, 22 de abril de 2014

Museos en Manchester

Hace 3 años estuve un mes en Manchester, con una beca estudiando inglés en una escuela de idiomas. Casi diariamente hacíamos salidas a museos, porque allí hay muchos y muy diversos.
Un día fuimos a una cafetería donde se hacen exposiciones, se hace cineforum, se venden libros, se hacen pequeños espectáculos… se llama Cornerhouse, por si alguien va algún día a Manchester.
La verdad es que yo no soy mucho de museos, supongo que porque a los que me han llevado con el colegio o la idea que tenemos de museo es… aburrida. Pues bien, la exposición que vi aquel día me llamó mucho la atención. Como ya he dicho, no estoy acostumbrada a apreciar el arte, no suelo entender las obras ni los sentimientos o emociones que intentan transmitir los artistas, pero aquel día, me gustó.
La exposición que había aquellos días se llamaba Constelaciones, y fueron varios artistas los que la compusieron: Kitty Kraus, Takahiro Iwasaki, Katie Paterson and Felix Gonzalez Torres. La exposición representaba el caos, la fugacidad, el movimiento de una constelación.





En estas fotos se ve una obra en la que el hielo negro coloreado con tinta se derrite en el suelo de la galería, dejando charcos de líquido turbio que se extiende de manera caótica (al igual que una constelación)













En estas otras fotos “100 mil millones de soles” se ve el resultado de disparar un cañón de confeti. Estos trocitos de papel representan los colores correspondientes a explosiones de rayos gamma, las explosiones más luminosas del universo. Este cañón estaba en una sala donde este piano tocaba por él mismo una canción; cuando ésta acababa, el cañón se disparaba, pero sólo una vez al día.



En estas fotos se ven toallas, pelusas, calcetines… tirados en el suelo, pero con los hilos de los cuales se han construido figuras. Esto representa la fortaleza, pero a la vez debilidad de la Tierra. Todo parece fijo, estable, pero en realidad es igual de débil e inestable que estos hilos que aquí se ven.



 
























En la mayoría de los museos en Manchester interaccionas con el arte: en casi todos hay para disfrazarse, para pintar, retratar escenas y poder tocar las obras, caminar junto a ellas toda la exposición. Es una manera de hacerte vivir el arte, y que sea más fácil llegar al autor y a aquello que quiere hacerte sentir.









domingo, 20 de abril de 2014

La Animación Socio-Cultural (ASC)


Al igual que pasaba con el concepto de cultura, la animación sociocultural también precisa de una aproximación teórica para comprenderla en su totalidad. En este caso existen diferentes manera de entender la animación socio cultural dependiendo del uso que se le vaya a dar al termina:

Como acción/actuación: Designamos como animación toda acción, dentro de un grupo o sobre él (una colectividad o un medio), encaminada a desarrollar la comunicación y a estructurar la vida social, recurriendo métodos semidirectivos; se trata de un método de integración y de participación.” Pierre Besnard (1988).

Como actividad o práctica: La animación sociocultural es el conjunto de prácticas sociales que tienen como finalidad estimular la iniciativa y la participación de les comunidades en el proceso de su propio desarrollo y en la dinámica global de la vida sociopolítica en que están integrados. UNESCO

Otro autor que también entendía la ASC como actividad/práctica fue M. Hicter:  Por animación en general tenemos que entender las prácticas que buscan ayudar al hombre a comprender su entorno social, económico, político y cultural y a tomar conciencia de los problemas que están planteados y de los medios y la voluntad que hay para resolverlos.

Forma de educación no formal: La animación sociocultural, tal y como la entendemos tiene un claro carácter educativo y formativo. Si bien se diferencia claramente de cualquier manifestación o acción educativa institucionalizada por sus peculiares características, que la sitúen en el ámbito de la educación No Formal. Catalá, R.; Carbó, O. (1991).

Un proceso: La animación es un proceso que surge desde dentro de los grupos sociales, los cuales mediante la participación activa de sus miembros serán capaces de generar cultura.” Mario Viché (1989)

Un modelo de acción: Es un modelo de intervención dirigido a desarrollar procesos autoorganizativos individuales y colectivos de carácter social, cultural y educativo, a través de una metodología activa, creativa y participativa. (V. Ventosa).

Por otro lado, otro autor, Gillet J. C. concebía la ASC como praxis, como una forma de actuar para atravesar la frontera que separa la concepción teórica de la acción, pero todo ello con un objetivo: permitir a individuos y a grupos, a través de diferentes actividades que implican, aumentar, aunque sea de forma microscópica, su esfera de autonomía, de libertad, de creatividad y de expresividad.

Como todo lo enmarcado dentro del ámbito de la ciencia, la ASC no solo está configurada por autores y sus visiones, sino también está enmarcada en diferentes paradigmas como son:

  • El paradigma tecnológico positivista que concibe la animación como un modo de tecnología social para solucionar problemas.
  • El paradigma interpretativo o hermenéutico que destaca la importancia de las interacciones como medio de evolución.
  • El paradigma dialectico o critico basado en las tensiones históricas producidas entre las clases sociales.

Es importante entender, sin darle importancia a lo dicho anteriormente que lo importante es que la animación sociocultural es un medio/herramienta para alcanzar un fin, un objetivo con el que transformar la realidad que nos rodea. De cada profesional depende el uso que se le otorgue. 

El siguiente vídeo nos ilustra un poco sobre la animación sociocultural,  la segunda parte la podéis encontrar en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=2n4tnIQz-EU


Cultura: un asunto de perspectiva

Pese a que cuando decimos “cultura”, lo primero que nos viene a la cabeza puede ser una definición muy simple, lo cierto es que resulta algo tremendamente complicado de definir, pues al profundizar en él, encontramos dudas que nos hacen replantearnos nuestra propia definición inicial.

Comenzando con la confección de la definición empezamos por atribuir a la cultura un carácter artificial, es decir, la cultura se distingue de la naturaleza en cuanto a que la naturaleza proviene de fuera del ser humano mientras que la cultura es creación del hombre. En este sentido podemos concluir que en una definición completa de cultura debe ir incluido que “nace” del ser humano y hasta donde este puede llegar.
Pero ¿qué tiene que opinar otras disciplinas sobre lo que puede ser considerado cultura? Desde una concepción humanista (finales del siglo XVIII) la cultura es imbuida de diferentes características:

·         Procesual: se adquiere por entrenamiento y educación.
·         Selectiva y restrictiva: se identifica con el cultivo de cualidades.
·         Jerarquizadora o estratificadora: las personas cultas son aquellas que adquieren formas de elite. Existe baja y alta cultura.
·         Carismática: las manifestaciones culturales expresan cualidades de los y las creadoras.
·         Normativa y canónica: solo el resultado de algunas obras merecen ser reconocidas como cultura. Unas son mejores que otras.

Por supuesto, estas atribuciones tuvieron sus críticas, tachándola de clasista.

Por su parte la antropología también tiene su propia definición de cultura, en este caso fue Taylor (1871) quien la definió como “la totalidad compleja que incluye conocimientos, arte, moral, derecho, costumbres y todas las demás capacidades y hábitos que el hombre adquiere como miembro de la sociedad”. En la visión antropológica, al igual que en la humanista también se otorgan ciertas características a la cultura:

·         Aprendida, no genética y constitutiva del ser humano.
·         Colectiva y pública.
·         Un sistema de símbolos, en información transmitida por aprendizaje social.
·         Plural. Hay tantas culturas como grupos humanos, por lo tanto es relativa.
·         Universal e inclusiva porque todos los seres humanos están constituidos culturalmente.
·         Práctica. Es antes una actividad que una forma de conocimiento.

Por supuesto esta definición también recibió criticas, pues la antropología tiende a ver la cultura como sistemáticas e integradas, y una relación armónica entre cultura y sociedad. Ve a los grupos sociales como homogéneos  olvidando fenómenos tan contemporáneos como el poder de las clases sociales y la dominación de la elite.
Desde la sociología se entiende el fenómeno de la cultura desde dos aproximaciones: en sentido manifiesto, haría referencia a un área de la práctica humana. Este tipo de acción es conscientemente practicada como tal. Y en un sentido latente la cultura permeabiliza todo aquello que es social.

También desde el ámbito de la gestión cultural se ha realizado una definición entendiendo la cultura como un  conjunto de actividades y productos de carácter simbólico, realizadas en los ámbitos intelectual, artístico, social y recreativo, concebidos con carácter creativo.

Por supuesto encontraremos definiciones de cultura en decenas de manuales de infinidad de disciplinas y cada una atiende a las necesidades de esta disciplina. En nuestro caso como educadores sociales una definición sencilla será suficiente: conjunto de elementos simbólicos, significados y comportamientos compartidos por una comunidad o grupo humano mientras que también es un campo o sector de la actividad humana centrado en el uso y manipulación de símbolos que nutre se nutre de ese universo simbólico y lo transforma. (Carles Monclús).

En definitiva la cultura y su significado intrínseco siempre será tema de debate, y al igual que en el pasado Ariño, Baumann y otros han reflexionado sobre ella, en el futuro otros pensadores lo seguirán haciendo.







Educar desde las artes

El arte es una forma de comunicación simbólica, una manera de comunicarse mediante la cual el artista representa y ordena objetos, signos, sonidos o hechos, de manera que implique significados o despierte emociones. Es una interacción entre quien comunica (el artista) y quien recibe, pues al crear arte, a la persona se le despiertan sentimientos y emociones, las cuales intenta transmitir mediante su obra, pero los que reciben ese arte también aportan su parte, recibiendo esos sentimientos y aportando los suyos propios. Sin embargo, en la sociedad en la que vivimos, hay muchas barreras (prejuicios, no entendimiento…) que nos impiden valorar y apreciar todo ese arte. Pensando en el tema, hemos llegado a la conclusión de que la mayor barrera para el arte que existe en nuestra sociedad es la escuela. Se nos instruye para ser matemáticos, científicos… se nos instruye para desarrollar únicamente una parte de nuestro cerebro, la parte académica, y se ignora la parte más humana que hay en nosotros. Porque todos nosotros diariamente cantamos, bailamos, dibujamos, nos creamos nuestras historias… sin embargo, todo esto no se tiene en cuenta en la escuela. Sí, hay alguna hora de música; sí, hay alguna hora de dibujo; y sí, en algún momento de lenguaje te hacen escribir un cuento; pero estas obras no son tuyas, no desarrollas tu creatividad ni tus gustos, porque tienes que estudiar música de Mozart, dibujar un perro marrón con cuatro patas y escribir un cuento de 15 líneas sobre Juan y sus amigos. Te marcan todas las pautas a las que tienes que ceñir tu obra.
Por eso, un campo de la educación social es facilitar la interacción entre el hombre y el arte, romper esas barreras que desde pequeños se nos imponen. Es competencia de la educación social, de la educación no formal e informal porque la educación formal no lo proporciona, y ni siquiera da la oportunidad.
Con la educación desde las artes nos referimos, por ejemplo, a lo que vimos en CREARTEDUCACCIÓN, donde se juntan voluntariamente gente de todas las edades y procedencias y comparten experiencias, libros, conocimientos, pintan, actúan, bailan… todo lo relacionado con el arte y de manera libre, sin pautas que les limiten; que ellos mismo se sientan artistas, porque todos lo somos, todos tenemos esa capacidad. Y puede que lo más bonito es que compartan esas obras y experiencias con los demás, creando además, comunidad.

Este video que aparece a continuación trata el tema de “Las escuelas matan la creatividad” que hemos mencionado hace unas líneas. Es muy interesante, pues nos hace ver con algo de humor y algunos ejemplos, como el sistema en el que nos encontramos nos va “matando” ese artista en potencia que todos llevamos dentro desde que somos pequeños.



sábado, 19 de abril de 2014

Democracia cultural y Democratización de la cultura

Las dos grandes tendencias de la política cultural son la democratización de la cultura y la democracia cultural; y aunque puedan parecer lo mismo, no lo son; son todo lo contrario.
La democratización de la cultura trata de facilitar el acceso de todos a la cultura. Está asociado, por ejemplo, a la animación a la lectura (acercar a los ciudadanos a algo ya hecho).
En cambio, la democracia cultural se basa en el derecho de todo el mundo a participar en la vida cultural, no a su acceso, sino a la participación. Esta función de las artes genera un cambio en la manera de percibir la cultura; es una lucha contra la cultura dominante, contra la “única cultura”, y un grito a la participación y a la mezcla de culturas, a la aportación de un granito de arena de cada ciudadano para enriquecernos.
En la siguiente tabla plasmamos de manera más clara las diferencias entre estos dos conceptos:

Democratización de la cultura
Democracia cultural
Facilita el acceso a todos los ciudadanos a las actividades culturales
Potencia que los ciudadanos creen y participen de su propia cultura
Destinatarios pasivos de cultura
Destinatarios activos, participantes y creadores de cultura
Compensa la desigualdad de acceso a la cultura y potencia la creación profesional
Desarrolla la creatividad y reflexión de los ciudadanos
Se valora el producto
Se valora el proceso
Se valora la repercusión económica de las actividades culturales
Se valora la repercusión social de las actividades culturales y su efecto en la mejora de la calidad de vida
Se trata de gestión cultural
Se trata de animación sociocultural

Hemos encontrado un texto copiado de García Canlíni, Néstor (1987)."Políticas culturales y crisis del desarrollo: un balance latinoamericano" donde se explica perfectamente la idea que aquí queremos reflejar. Lo hemos acortado porque nos parecía demasiado largo para plasmarlo aquí por completo, pero lo podéis leer en http://investigacion.udgvirtual.udg.mx/mogescul/index.php?cID=85

Las críticas a la democratización difusionista han llevado a formular un paradigma alternativo. “Su contenido, afirma Vidal-Beneyto, apunta más a la actividad que a las obras, más a la participación en el proceso que al consumo de sus productos.” […] esta concepción defiende la coexistencia de múltiples culturas en una misma sociedad, propicia su desarrollo autónomo y relaciones igualitarias de participación de cada individuo en cada cultura y de cada cultura respecto de las demás. Puesto que no hay una sola cultura legítima, la política cultural no debe dedicarse a difundir sólo la hegemónica sino a promover el desarrollo de todas las que sean representativas de los grupos que componen una sociedad.
Este paradigma no se limita a acciones puntuales, sino que se ocupa de la acción cultural con un sentido continuo (a través de toda la vida y en todos los espacios sociales), y no reduce la cultura a lo discursivo o lo estético, pues busca estimular la acción colectiva a través de una participación organizada, autogestionaria, reuniendo las iniciativas más diversas (de todos los grupos, en lo político, lo social, lo recreativo, etc.). Además de transmitir conocimientos y desarrollar la sensibilidad, procura mejorar las condiciones sociales para desenvolver la creatividad colectiva. Se intenta que los propios sujetos produzcan arte y la cultura necesarios para resolver sus problemas y afirmar o renovar su identidad.
[…]
La democracia sociocultural es, sobre todo, el proyecto de movimientos y grupos alternativos.  […] A veces son organismos de extracción religiosa, otros representan intentos de hacer política en contacto directo con sectores populares […], algunos son movimientos de trabajo educativo o cultural (grupos de teatro, de música, etcétera).
Nos parece que estos movimientos han logrado, más que otras organizaciones, socializar la ideología democrática, antes restringida a las élites y sectores medios, entre las clases populares […].
Desde principios de los ochenta se vienen haciendo evaluaciones críticas de este trabajo alternativo. Quizá sea Chile uno de los países donde estos movimientos tuvieron más desarrollo y también donde se viene repensando mejor sus dificultades y limitaciones. […] Como dice Brunner, la corta eficacia de estos movimientos hace depender su futuro de la manera en que se responda a algunas preguntas: ¿pueden encontrarse “formas de ´centralización´ que no destruyan su propia base de implantación dispersa, localista”, que no reincidan en el burocratismo? ¿No exige el crecimiento de estos proyectos alternativos plantearse políticas de transformación para las principales instituciones culturales del Estado, para el propio Estado, y propuestas de reordenamiento del mercado simbólico, como lugar clave de organización de la cultura en las sociedades de masas, desde una perspectiva popular?

Y para finalizar, queríamos aportar una reflexión personal: como dijo Karl Marx “La ideología pertenece a las clases dominantes”, es hora de cambiar y evitar que la ideología (cultura) siga siendo un elemento opresor, haciéndonos dueños, todos, cada ciudadano, de nuestra cultura; ¿cómo?, mediante la democracia cultural.