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viernes, 16 de mayo de 2014

Teatro del oprimido. Teatro para el cambio

El pasado miércoles tuvimos la gran oportunidad de poder participar de un taller de teatro, concretamente del teatro del oprimido. En esta sesión pudimos disfrutar, junto a más compañeros, de lo que significa hacer teatro. Disfrutamos, reímos, aprendimos, cooperamos, reflexionamos, tomamos conciencia y muchas otras cosas más. Todo ello lo hicimos a través de unas actividades en las que nos sensibilizamos con temas controvertidos actuales y cuestiones sociales habituales.


Y es así como, después de todo un cuatrimestre impartiendo clases teóricas, ahora llega la hora de poner en práctica todo lo aprendido, y que mejor manera que hacerlo mediante el teatro del oprimido, herramienta de transformación.
Para poder entrar en el “juego del teatro” empezamos realizando ejercicios con los que nos familiarizábamos con el espacio en el que estábamos, con las personas con las que participamos y con nosotros mismos. Creo que ese momento es fundamental a la hora de trabajar el teatro ya que esto sirve para que los que estemos participando podamos centrarnos, quitarnos cualquier sensación de vergüenza y entrar en el mundo del teatro.
Entre otras cosas, hicimos figuras representativas de opresión, propusimos nuevas figuras a partir de las anteriores y lo que más me gustó fue la propuesta de plantear soluciones para estas situaciones usuales de opresión.
La verdad es que estamos expectantes a la próxima sesión.

¡Educadores tengo buenas noticias! El teatro ayuda, refuerza y apoya, puede ser esa herramienta que buscamos para atender a algunas de las necesidades sociales de una forma diferente, animada y alentadora ¿Por qué no nos ponemos en marcha? No tenemos motivos para parar.


Porque a través del teatro no sólo creces como educador/a social, creces como persona.


sábado, 19 de abril de 2014

Democracia cultural y Democratización de la cultura

Las dos grandes tendencias de la política cultural son la democratización de la cultura y la democracia cultural; y aunque puedan parecer lo mismo, no lo son; son todo lo contrario.
La democratización de la cultura trata de facilitar el acceso de todos a la cultura. Está asociado, por ejemplo, a la animación a la lectura (acercar a los ciudadanos a algo ya hecho).
En cambio, la democracia cultural se basa en el derecho de todo el mundo a participar en la vida cultural, no a su acceso, sino a la participación. Esta función de las artes genera un cambio en la manera de percibir la cultura; es una lucha contra la cultura dominante, contra la “única cultura”, y un grito a la participación y a la mezcla de culturas, a la aportación de un granito de arena de cada ciudadano para enriquecernos.
En la siguiente tabla plasmamos de manera más clara las diferencias entre estos dos conceptos:

Democratización de la cultura
Democracia cultural
Facilita el acceso a todos los ciudadanos a las actividades culturales
Potencia que los ciudadanos creen y participen de su propia cultura
Destinatarios pasivos de cultura
Destinatarios activos, participantes y creadores de cultura
Compensa la desigualdad de acceso a la cultura y potencia la creación profesional
Desarrolla la creatividad y reflexión de los ciudadanos
Se valora el producto
Se valora el proceso
Se valora la repercusión económica de las actividades culturales
Se valora la repercusión social de las actividades culturales y su efecto en la mejora de la calidad de vida
Se trata de gestión cultural
Se trata de animación sociocultural

Hemos encontrado un texto copiado de García Canlíni, Néstor (1987)."Políticas culturales y crisis del desarrollo: un balance latinoamericano" donde se explica perfectamente la idea que aquí queremos reflejar. Lo hemos acortado porque nos parecía demasiado largo para plasmarlo aquí por completo, pero lo podéis leer en http://investigacion.udgvirtual.udg.mx/mogescul/index.php?cID=85

Las críticas a la democratización difusionista han llevado a formular un paradigma alternativo. “Su contenido, afirma Vidal-Beneyto, apunta más a la actividad que a las obras, más a la participación en el proceso que al consumo de sus productos.” […] esta concepción defiende la coexistencia de múltiples culturas en una misma sociedad, propicia su desarrollo autónomo y relaciones igualitarias de participación de cada individuo en cada cultura y de cada cultura respecto de las demás. Puesto que no hay una sola cultura legítima, la política cultural no debe dedicarse a difundir sólo la hegemónica sino a promover el desarrollo de todas las que sean representativas de los grupos que componen una sociedad.
Este paradigma no se limita a acciones puntuales, sino que se ocupa de la acción cultural con un sentido continuo (a través de toda la vida y en todos los espacios sociales), y no reduce la cultura a lo discursivo o lo estético, pues busca estimular la acción colectiva a través de una participación organizada, autogestionaria, reuniendo las iniciativas más diversas (de todos los grupos, en lo político, lo social, lo recreativo, etc.). Además de transmitir conocimientos y desarrollar la sensibilidad, procura mejorar las condiciones sociales para desenvolver la creatividad colectiva. Se intenta que los propios sujetos produzcan arte y la cultura necesarios para resolver sus problemas y afirmar o renovar su identidad.
[…]
La democracia sociocultural es, sobre todo, el proyecto de movimientos y grupos alternativos.  […] A veces son organismos de extracción religiosa, otros representan intentos de hacer política en contacto directo con sectores populares […], algunos son movimientos de trabajo educativo o cultural (grupos de teatro, de música, etcétera).
Nos parece que estos movimientos han logrado, más que otras organizaciones, socializar la ideología democrática, antes restringida a las élites y sectores medios, entre las clases populares […].
Desde principios de los ochenta se vienen haciendo evaluaciones críticas de este trabajo alternativo. Quizá sea Chile uno de los países donde estos movimientos tuvieron más desarrollo y también donde se viene repensando mejor sus dificultades y limitaciones. […] Como dice Brunner, la corta eficacia de estos movimientos hace depender su futuro de la manera en que se responda a algunas preguntas: ¿pueden encontrarse “formas de ´centralización´ que no destruyan su propia base de implantación dispersa, localista”, que no reincidan en el burocratismo? ¿No exige el crecimiento de estos proyectos alternativos plantearse políticas de transformación para las principales instituciones culturales del Estado, para el propio Estado, y propuestas de reordenamiento del mercado simbólico, como lugar clave de organización de la cultura en las sociedades de masas, desde una perspectiva popular?

Y para finalizar, queríamos aportar una reflexión personal: como dijo Karl Marx “La ideología pertenece a las clases dominantes”, es hora de cambiar y evitar que la ideología (cultura) siga siendo un elemento opresor, haciéndonos dueños, todos, cada ciudadano, de nuestra cultura; ¿cómo?, mediante la democracia cultural.

martes, 8 de abril de 2014

El teatro y su poder social



Hoy, escuchaba por las noticias de la Sexta la poca importancia que tiene el teatro en España. El gran número de espectadores que ha perdido en los últimos años y lo poco que se valora. Sin embargo, cabe destacar que el teatro es una herramienta  fuerte para poder llegar al cambio social del que tanto hemos hablado en algunas de las anteriores publicaciones.

A través de él podemos llegar no sólo al cambio o transformación social, sino también a la transformación personal. El teatro sirve como herramienta capaz de hacer que las personas que trabajen en él se conozca a sí misma y así a un nivel más colectivo favorecer la comunicación con los demás, ayudando a su vez a que haya una mejor cohesión grupal y empatía entre los demás participantes.

En nuestra sociedad, generalmente entendemos por teatro una simple actuación de diferentes personajes, sin embargo, no conocemos lo que es el teatro a fondo. Básicamente, sólo conocemos el llamado “teatro social”, pero siento comunicaros que el teatro va mucho más allá del teatro social. Os adelanto que hay diferentes tipos de teatros y cada uno de ellos tiene un fin diferente. Entre ellos destacar los siguientes: teatro aplicado, teatro para el desarrollo, teatro del oprimido, teatro comunitario,…
Cabe destacar que, existen diferentes autores en lo que respecta a este arte, y cada uno de ellos pone su propio enfoque. Es por ello que actualmente existen tantos denominaciones para el teatro, ya que cada una de ellas tienen unos matices que le diferencian del resto de definiciones.

Os animo a que busquéis más acerca del teatro e informaros en vuestras respectivas ciudades de aquellas actuaciones teatrales que se vayan a realizar. Os animo a participar del teatro ya que a través de él vuestras vidas cambiarán.